España ante el hemisferio de occidente: Introducción. Colombia, Venezuela, Ecuador, Peru, Bolivia, Chile, Argentina

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Imp. Echeguren y Zulsica, 1925
 

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Página 125 - Dios tu ruego, Soy como el fatigado peregrino, Que su carga a la orilla del camino Deposita y se sienta a respirar. Porque de tu plegaria el dulce canto Alivia el peso a mi existencia amarga, Y quita de mis hombros esta carga Que me agobia, de culpa y de pesar. Ruega por mí, y alcánzame que vea En esta noche de pavor, el vuelo De un ángel compasivo, que del cielo Traiga a mis ojos la perdida luz, Y pura, finalmente, como el mármol Que se lava en el templo cada día, Arda en sagrado fuego el alma...
Página 562 - Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes. Dame que alcance a hacer de una de mis niñas mi verso perfecto ya dejarte en ella clavada mi más penetrante melodía, para cuando mis labios no canten más.
Página 603 - Ni nada que las asombre, ¿ Qué menos le daría al hombre Que el valor pa...
Página 343 - Y de hondo azul los cielos y los mares, Echó también sobre tu faz un velo, Templando tu fulgor para que el hombre Pueda los orbes numerar del cielo, ¡Tiemble ante Dios y su poder le asombre!
Página 124 - Bello se han compuesto libros enteros, no poco voluminosos, y aun puede escribirse mucho más, porque no hay pormenor insignificante en su vida, ni apenas materia de estudio en que él no pusiese la mano. Sus timbres de psicólogo, de pedagogo, de jurisconsulto, de publicista, de gramático, de crítico literario, no han obscurecido (por raro caso) su gloria de poeta...
Página 602 - Yo no tengo en el amor quien me venga con querellas; como esas aves tan bellas que saltan de rama en rama, yo hago en el trébol mi cama y me cubren las estrellas.
Página 126 - Y yo también (no dista mucho el día) huésped seré de la morada obscura, y el ruego invocaré de un alma pura que a mi largo penar consuelo dé. Y dulce entonces me será que vengas, y para mí la eterna paz implores, y en la desnuda losa esparzas flores, simple tributo de amorosa fe.
Página 57 - Arauco, a gozar de las bendiciones que derraman las justas y dulces leyes de una república. Si alguna permanece largo tiempo en América, me inclino a pensar que será la chilena.
Página 59 - Cuando diez siglos hayan pasado; cuando la pátina de una legendaria antigüedad se extienda desde el Anáhuac hasta el Plata, allí donde hoy campea la naturaleza o cría sus raíces la civilización; cuando cien generaciones humanas hayan mezclado, en la masa de la tierra, el polvo de sus huesos con el polvo de los bosques mil veces deshojados y de las ciudades veinte veces reconstruidas, y hagan...
Página 562 - Haz que haga de espíritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda. Mi corazón le sea más columna y mi buena voluntad más oro que las columnas y el oro de las escuelas ricas.

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