Trozos selectos de literatura, y método de composicion literaria: sacados de autores arjentinos y estranjeros, Volumen1

Portada
Hallet y Breen, 1870
 

Páginas seleccionadas

Contenido

La campiña de Roma Chateaubriand
196
La oracion á bordo id
200
Una tempestad en el desierto id
202
Las nubes Bernardin de SaintPierre
204
El Mesch cebé Chateaubriand
206
Los sepulcros aéreos id
208
Nido de las aves id
209
Canto de las aves id
210
La naturaleza bruta y la naturaleza cultivada Buffon
213
El abra de Yumuri Tolon
215
17 La mañana de primavera cubana id
218
El huracan Lastarria
219
Catarata del Niágara Chateaubriand
224
El Velino Byron y Lamartine
225
21Habitaciones de los castores Buffon
229
El Niágara D F Sarmiento
232
23Ventisquero de Rosenlaui Dargau
236
La Arabia Petrea Buffon
240
El monte Líbano Volney
241
Roma Byron
243
El Coliseo id
245
28La Grecia moderna id
246
29Marcos Bozzaris Halleck
248
Las divinida des de la Grecia CousinDepréaux
250
Pompeya Madame de Stael y Alarcon
251
El Vesubio D F Sarmiento y Alarcon
254
Córdoba antigua D F Sarmiento
327
La música y la danza en Santiago del Estero id
336
67Las aguadoras correntinas id
339
Las noches arjentinas id
341
Guardia Vieja D F Sarmiento
342
La Tablada id
346
Corrida de toros Cormenin
347
Los trópicos Humboldt
349
Bellezas del hemi ferio austral id
351
El Delta del Paraná V G Quesada
352
Orcones Juana Manuela Gorriti
354
El Ombú Marcos Sastre
355
El alto Uruguay Rave
357
La cabeza negra Alarcon
361
El buzo Schiller
363
El rio Goethe
367
El Rin Krummacher
368
82La niña en la cuna Jacobi
369
El año nuevo Voss
370
El camino de la vida Bossuet
371
Grandeza de Dios Granada
372
La corrupcion del siglo Mejía
373
Miseria de la vida humana Oliva
375
El Valle del Jordan Chateaubriand 258
258
Asedio de Jerusalen Poujoulat 261
261
La Jerusalen moderna Cateaubriand 266
266
El Sousonghirli id 271
271
Constantinopla id 272
272
Las antigüedades de Mérida Larra 275
275
La mar de hielo Alarcon 280
280
Al Lago Leman Byron 281
281
Las aves y los peces Cuvier 283
283
La naturaleza SudAmericana J M Gutierrez 284
284
En la Cordillera id 287
287
Los Andes y la Pampa Lastarria 291
291
El Tupungato id 293
293
El hogar N Avellaneda 295
295
El claustro Lacordaire 307
307
La torre de Lóndres F Varela 309
309
El Carnaval en Roma D F Sarmiento 314
314
La Rioja id 318
318
El valle de Calingasta id 320
320
Las ciudades arjentinas id 322
322
Educacion У vida del hombre del campo arjentino id 324
324
La mansion del Engaño Saavedra
377
89La casa de locos Guevara
379
La poesía Schiller
381
El hombre Buffon
382
El caballo id
384
El perro id
386
El pájaro mosca id
387
Washington y Bonaparte Chateaubriand
389
Franklin Mignet
392
Lincoln D I Sarmiento
395
Moreno y Belgrano Mire
396
San Martin y Bolivar J M Gutierrez
397
El Jeneral Paz D F Sarmiento
398
El Jeneral Madrid id
399
El Jeneral Las Heras Mitre
401
El Jeneral Lavalle Lacasa
404
San Martin y Alvear Mitre
406
Mariano Moreno J M Gutierrez y J M Estrada
408
El Jeneral Belgrano Mitre
415
Bernardino Rivadavia J M Gutierrez
418
Florencio Varela Luis L Dominguez
425
Rivera Indarte J M Gutierrez
429
Güemes Mitre
432
Facundo Quiroga D F Sarmiento
436
E Chacho id
437
l pueblo arjentino id
441
2 Ei Rastreador id
445
El Baqueano id
448
El Gaucho malo id
451
23El Cantor id
453
El Gaucho Arjentino id
456
Mirabeau Cormenin
459
Danton id
466
OConnell id
469
La Biblia Fenelon
474
El Evangelio J J Rousseau
475
Homero Barthélemy y Lamartine
477
Platon Thomas
478
Demóstenes Maury y Laharpe
479
Demóstenes y Ciceron Fénelon
481
Plutarco Thomas
482
Horacio Villemain
483
Dante id
484
Cervantes Cervantes
489
Milton Villemain
492
Montaigne id
493
Descartes y Newton Fontenelle
494
Bossuet orador Maury
495
Bossuet y su filosofía de la historia Saint MarcGirardin
497
Bossuet historiador Chateaubriand
498
El predicador Cormenin
501
Lamartine id
503
Victor Hugo Castelar
506
El consejo de los Diez V Hugo
508
Shakespeare Villemain
510
Dupin Cormenin
522

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 185 - Allí, la inmensidad por todas partes; inmensa la llanura, inmensos los bosques, inmensos los ríos, el horizonte siempre incierto» siempre confundiéndose con la tierra entre celajes y vapores tenues que no dejan en la lejana perspectiva señalar el punto en que el mundo acaba y principia el cielo.
Página 159 - ¿Qué gigantes? — dijo Sancho Panza. — Aquellos que allí ves — respondió su amo — de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
Página 166 - Quijote — . ¿No oyes el relinchar de los caballos, el tocar de los clarines, el ruido de los alambores?
Página 166 - ... todas horas y momentos llena la fantasía de aquellas batallas , encantamentos, sucesos, desatinos, amores, desafíos que en los libros de caballerías se cuentan ; y todo cuanto hablaba, pensaba ó hacia era encaminado...
Página 170 - Sancho amigo, has de saber que yo nací, por querer del cielo, en esta nuestra edad de hierro para resucitar en ella la de oro, o la dorada, como suele llamarse. Yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las grandes hazañas, los valerosos hechos.
Página 302 - El año 1840, entre un grupo de gauchos ya orillas del majestuoso Paraná, estaba sentado en el suelo, y con las piernas cruzadas, un cantor que tenía azorado y divertido a su auditorio, con la larga y animada historia de sus trabajos y aventuras. Había ya contado lo del rapto de la querida, con los trabajos que sufrió; lo de la desgracia...
Página 161 - Quijote — ; que las cosas de la guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza; cuanto más, que yo pienso, y es así verdad, que aquel sabio Frestón que me robó el aposento y los libros ha vuelto estos gigantes en molinos por quitarme la gloria de su vencimiento...
Página 294 - Todos le tratan con consideración: el pobre, porque puede hacerle mal, calumniándolo o denunciándolo; el propietario, porque su testimonio puede fallarle. Un robo se ha ejecutado durante la noche: no bien se nota, corren a buscar una pisada del ladrón, y encontrada, se cubre con algo para que el viento no la disipe. Se llama en seguida al Rastreador, que ve el rastro y lo sigue sin mirar sino de tarde en tarde el suelo, como si sus ojos vieran de relieve esta pisada que para otro es imperceptible....
Página 168 - Sábete. Sancho, que es muy fácil cosa a los tales hacernos parecer lo que quieren, y este maligno que me persigue, envidioso de la gloria que vio que yo había de alcanzar desta batalla, ha vuelto los escuadrones de enemigos en manadas de ovejas.
Página 337 - Este que veis aquí, de rostro aguileno, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos, y de nariz corva aunque bien proporcionada ; las barbas de plata...

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